Operación Kilo

Se acerca la época navideña y se multiplican las causas solidarias para los más necesitados. Porque en navidad, todos merecemos tener. Por ello, el Colegio Mayor Universitario Mara, que pertenece a la organización CUPDH (Comisión Universitaria Por Derechos Humanos), se suma a la ‘Operación Kilo’, que recauda comida en las puertas de los supermercados para donársela a indigentes y a comedores sociales. Yo he sido una de las chicas que ha estado esta mañana en la puerta del ‘Día’ pidiendo colaboración (con cara de no haber roto un plato nunca) para la causa a cada persona que pasaba; toda una experiencia, por supuesto, buena. ¿Queréis conocerla?

Para empezar, si algo me ha quedado claro es que una sonrisa no cuesta nada y vale mucho.  Que si no te interesa la causa solidaria, con buen humor puedes (casi) arreglarlo y al menos no dejas a los que te lo ofrecen con cara de tontos. Que hay gente que transmite una energía positiva increíble, gente con la mirada limpia; no sabes cómo, pero lo notas al instante. Luego, claro está, también hay muchas, demasiadas personas por el mundo a las que les hace falta tomarse un ‘All Brand’. Ya no es cuestión de donar o no comida, sino de las formas en las que lo dices, de la educación. No es muy difícil un poco de simpatía. Un ejemplo a seguir que se me ocurre, es el de un buen señor mayor, que aunque nos ha confesado sin rodeos que no iba a colaborar, al irse nos ha gritado con una sonrisa, después de haber estado charlando un buen rato: ‘¡espero que Dios os pague esto con un buen novio!’. Diga que sí buen hombre, Dios le escuche…

El caso…creo que no hay nada más gratificante que tratar con gente tan distinta, y más aún si es por una buena causa. No olvidaré a esa mujer que a pesar de que su marido dijera que no, ha entrado corriendo y nos ha comprado 3 paquetitos de legumbre….- ¿Y luego para la parroquia qué?- le ha preguntado el marido. -¡Para la parroquia también buscaremos algo!- ha contestado ella sonriendo. También están los que cruzan la calle con tal de que no les preguntes; los que te responden que lo sienten mucho, pero que ya colaboran con otras causas (si todos fueran verdad los españoles seríamos el país más solidario del mundo), los niños que con una sonrisa te meten un paquete de arroz en la caja y te alegran la mañana; las chicas emperifolladas que son superiores a ti y por eso ni te dirigen la mirada; los que van con la música y hacen como que no te escuchan aunque en realidad han bajado el volumen; los señores mayores que siempre dejan caer algún chiste fácil para hacerte reír…¡Ah!  ¡Se me olvidaba! ¡Incluso nos han confundido con unos aparcacoches! Sí, sin duda, hay gente para todo.

En definitiva, no está mal de vez en cuando unirse a alguna causa solidaria para darse cuenta de este tipo de cosas. Darte cuenta de que las personas mayores donan más que los jóvenes, de que en cuestión de sexos estamos igualados, y de que hay mucha gente necesitada a la que se le puede ayudar con muy poco. El año pasado,  también se llevó a cabo esta recaudación por las mismas fechas, en la que entre kilo y kilo, se llegó a la cantidad de 2.500kg de comida en un fin de semana. Los productos se dieron, entre otros, a la Parroquia de San Bruno,  y al centro de mujeres Karibu. ¿Conclusión? Con un poquito de cada uno, llegamos a mucho. Un ‘mucho’ que llega a convertirse en el ‘todo’ de las personas más necesitadas. Parece fácil, ¿no?

Elisa Cuevas Pomar